Ese fin de semana habíamos estado rodando en Nüburgring, desde donde partimos el domingo a las 17:30 para poner rumbo a Spa, que está a poco más de 100 km del Ring. Todo el trayecto se hace por carretera de montaña y se tarda una hora y media en llegar, así que a las 19:00 ya estábamos en Spa.
Tras hacer el check in en el hotel, nos juntamos en la Plaza del Monumento con más participantes que también acababan de llegar, muchos de ellos repetidores en otros circuitos con nosotros y ya de la familia Imarti. Nos sorprendió gratamente la cantidad de terrazas que hay por allí, todas llenas y con muy buen ambiente, así que nos sentamos a cenar en una brasserie para disfrutar de la cocina belga y la buena compañía. En Bélgica el precio medio de la carta es ligeramente más alto que en España, pero la calidad está a la altura.
A las 7:30 habíamos quedado en las instalaciones de RSR que están situadas justo a la entrada del circuito, así que esa mañana nos tocaba madrugar de nuevo, aunque cuando es para disfrutar de un buen trackday, se madruga con placer.
El entorno del circuito es espectacular, con un paisaje que nos recuerda bastante a Nürburgring por estar completamente rodeado de bosque. Desde la pista solo ves árboles enormes que hacen del circuito un lugar muy chulo y verdaderamente privilegiado.
Tras recibir el briefing, nos montamos en los coches de alquiler con los que nos habíamos desplazado hasta el circuito, y nos dimos una vuelta turística al trazado completo liderada por Ron Simons y en la que íbamos parando en las curvas más técnicas del circuito, en las que Ron nos explicaba en inglés las particularidades de cada una de ellas y nos daba algunos consejos para trazarlas con seguridad. La primera parada fue por supuesto Eau Rouge y una vez que estás allí te das cuenta realmente de la magnitud de su pendiente, la cual provoca que a mitad de curva no tengas absolutamente ninguna visibilidad del punto en el que ésta termina y que debes trazar haciendo un verdadero acto de fe. Ron bromeaba con que los grandes pilotos la toman a fondo, pero una vez te pones al volante y te enfrentas a ella, te das cuenta de que solo la puedes tomar a fondo si llevas un coche de carreras con un centro de gravedad muy bajo y que aguante bien el cambio de apoyo y las inercias.
Finalizada la vuelta para conocer el trazado, los primeros participantes se pusieron a los mandos del Megane RS Trophy 300 CV y del Civic Type R de 320 CV para comenzar sus primeras vueltas, mientras que el resto nos relajábamos tomando un café con bollos en el box de RSR, en el que teníamos buffet libre de comida y bebida para reponer fuerzas durante todo el día. En condiciones normales RSR despliega en el box una especie de sala lounge con sofás para sentarse, pero en esta ocasión a causa de la pandemia no la pudimos disfrutar. Ojalá para la próxima visita ya hayan desaparecido todas las restricciones.
Cada participante daría más de 10 vueltas al circuito las cuales distribuimos en 2 tandas, de modo que entre una y otra a los coches les diese tiempo a refrigerar. Cada vuelta al circuito son ni más ni menos que 7 kilómetros, así que siempre es buena idea dar un respiro a la mecánica y sobre todo a los frenos, los cuales aguantaron el tute a la perfección.
La primera pasada por Eau Rouge es muy emocionante. Aunque los F1 pasan por allí a tabla, en un coche de serie con gomas de calle hay que levantar antes de entrar si no quieres terminar besando el muro de arriba. Tanto con el Civic Type R como con el Megane RS Trophy se puede pasar por allí a gran velocidad, pero al tratarse de nuestra primera vez en el trazado había que tomarse las cosas con calma e ir de menos a más.
En la recta Kemmel tras Eau Rouge se alcanza mucha velocidad, llegando a la frenada de la chicane de Les Combes a unos 225 Km/h. La curva de Bruxelles es la de mayor radio de todo el circuito y hay que tener paciencia con el volante y el gas para evitar salir de ella antes de tiempo. Y a continuación viene otra zona bastante rápida con una bajada muy pronunciada que atraviesa la curva doble a izquierdas de Pouhon, cuya amplia escapatoria te invita a entrar casi a fondo, pero en la que una vez dentro hay un ligero contraperalte que desplaza el morro del coche hacia el piano exterior. Si gestionas bien la salida de la primera curva a izquierdas, la segunda se puede dar prácticamente a fondo aprovechando toda la anchura del piano exterior.
La chicane de Campus es bastante rápida y a partir de la segunda curva a derechas de Stavelot comienza la zona más rápida del circuito, en la que si vas con semislick puedes ir a fondo hasta llegar a la chicane de la parada del autobús, que es la curva más lenta de todo el circuito y en la que tienes que gestionar muy bien la entrada para no subirte a la banana que hay en ambos pianos.
Hasta la fecha para mí es ya el mejor circuito en el que he tenido ocasión de rodar. Bien es cierto que el día anterior habíamos estado rodando en Nürburgring y el cambio es radical, pues Spa es un circuito homologado FIA y en cuanto a la anchura del trazado y la amplitud de sus escapatorias no tiene nada que ver con el circuito alemán. Eso sí, a pesar de sus diferencias cada uno tiene su encanto especial.
De 12:00 a 13:00 se cerraba la pista para comer y como la entrada al trackday incluye la comida en el restaurante del circuito, aprovechamos para hacer lo propio. Se trata de un restaurante en el que en tan solo una hora tienen que comer todos los asistentes al trackday y ante todo prima la rapidez, por lo que es de tipo self service. Tienes diferentes opciones entre las que elegir, fundamentalmente pasta y carne o pescado en salsa, y lo que me resultó curioso es que te dejan coger solo un plato en el que puedes servirte tanta cantidad como el propio plato te permita, por lo que si quieres probar un poco de cada cosa al final acabas mezclando todo en el mismo plato lo que en mi caso no fue la mejor idea.
Al teminar de comer nos tomamos el café y el postre en nuestro box de RSR, en el que nos trataron de auténtico lujo, y en cuanto se puso el semáforo en verde salimos de nuevo a pista durante 5 horas ininterrumpidas de 13:00 a 18:00. Cómo disfrutamos, qué gozada de circuito.
El nivel de aparatos que allí había era impresionante, y con diferencia lo que más abundaba eran los Porsche GT3 que para nosotros es el coche de circuitos por excelencia. Una ventaja del formato trackday premium es que el número de coches que ruedan en pista de forma simultánea es muy bajo y si a esto le sumamos el respeto que predominaba entre todos los conductores, el resultado es una jornada en la que se disfruta mucho del pilotaje.
Casualmente ese mismo día se econtraban también rodando en el circuito los pilotos españoles Sergio Paulet y José Manuel de los Milagros, con quienes compartimos el resto de la jornada. Sergio actualmente disputa la Ferrari Challenge con el F488 y es sin duda el piloto revelación, pues a pesar de su corta experiencia en competición no se baja del podio y tiene serias opciones de ganar el campeonato. José Manuel es más veterano, ha ganado varios campeonatos nacionales y actualmente es piloto oficial de BMW Motorsport, equipo con el que se proclamó ganador de la categoría GT4 al volante de un M4 en las 24H Series Continents 2020. Ahí es nada.
Cuando a las 18:00 se puso el semáforo en rojo y cerró la pista, volvimos a las instalaciones de RSR para entregar los coches y tomarnos un último tentempié antes de abandonar el circuito. Allí pasamos un buen rato de risas contándonos batallitas y como una cosa lleva a la otra, terminamos yéndonos todos juntos a cenar de nuevo a Spa, donde pusimos el broche de oro a un día espectacular.
Lo peor vino cuando a la mañana siguiente sonó el despertador a las 5:30 para salir zumbando al aeropuerto de Bruselas para coger el vuelo de vuelta a Madrid. Este madrugón ya no nos gustó tanto, pero aún así estábamos encantados con nuestra visita a Spa-Francorchamps, que sin duda será la primera de muchas, pues ha sido una experiencia brutal que ha superado todas nuestras expectativas.
Ya estamos a la espera de que se publique el calendario de trackdays en este circuitazo para la temporada que viene, así que si te animas a apuntarte a nuestro próximo Imarti Spa-Francorchamps Experience, no te lo pienses más y ponte en contacto con nosotros a través de info@imartimotorsport.com o mediante llamada o Whatsapp en el 692 068 069.
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